jueves, 23 de junio de 2011

Sabina

De vez en cuando me gusta hacer cosas diferentes cuando escribo, no me gusta repetirme demasiado. Me propuese en su día sentirme Sabina porque creo que es fácil componer con su estilo. Imagináos que tenéis la voz canalla y ronca y leedlo como si viviéseis en la calle de la Apatía.

Hoy como tus ojos verdes Elena
Tirada en cama a tu hombre tu esperas
Guardo tus fotos pintadas con ceras

Pasado tembloroso, pasado sin amores
Y mis amigos se tiran faroles
Siempre cortado por mismos patrones

Ya los borrachos se vuelven actores
Póngame un whisky con extra de amores
Mientras me juzgan los sucios mirones

¡Por qué diablos me siento así, si yo ya comprendí
que soy escritor sin tintero!

¡Mi alma sufre por verte llorar, y no puedo soñar!
...volveré... si es que vuelvo.





Dedicado a las manzanas y a las avispas.

Especiales gracias a Sabinator.

jueves, 16 de junio de 2011

Los 3 sabios #2

Tras un momento pensando, el viajero preguntó por los beneficios que obtendría si sacaba a alguno de ellos.

-Si me sacas a mi, obtendrás toda la suerte que desees. Podrás manipularla a tu antojo y utilizarla en el momento que te convenga. Un solo chasquido de tus dedos y cualquier situación se tornará a tu favor -comenzó el primer sabio.

-Si me sacas a mi, podrás recuperar aquello que amas, aquello por lo que llevas huyendo tantos años. Un solo chasquido de tus dedos y el momento en el que la perdiste no habrá pasado nunca.


Nuevamente el viajero reflexionó las palabras y al poco tiempo respondió.

-Ni un don ni otro quiero. Primer sabio, la suerte te la labras tú mismo ¿Dónde queda entonces la aventura del juego? ¿Cómo puedo librarme de cualquier mal aun en el supuesto de ser un ente vil y perverso? La justicia debe prevalecer siempre.

Segundo sabio, Si existiese alguna forma de volver atrás, no encontraríamos la manera de seguir adelante.

Vuestros dones no me convencen suponiendo que me los cedieseis. ¿Y tu Tercer sabio, no dices nada?

-Yo solo os ofrezco viajero la garantía de que lleguéis a la ciudad donde ibais, sano y salvo.

El hombre se dirigió la tercera puerta y la abrió. Un anciano con una blanca túnica y una corona salió de allí y al tocar al viajero, éste despertó en la ciudad.


El mas lento en prometer, es siempre el mas fiel en cumplir.

lunes, 13 de junio de 2011

Los 3 sabios #1

Había una vez un viajero, cuyas andanzas y tierras visitadas abarcaban páginas y páginas de los mapas más diversos jamás hechos por el hombre. Los largos trayectos recorridos le valieron para convertirlo en un hombre valiente e inteligente que se dedicaba a relatar historias sobre los lugares que había visitado.

Ocurrió un día que dicho viajero de camino a un país que no había pisado antes, fue sorprendido por una potente tormenta. El viento silbaba medroso y airado, la lluvia caía tenaz, ya en ráfagas, ya en fuertes chaparrones, y el pobre hombre no tuvo más remedio que tomar un atajo para poder llegar antes a la ciudad.

El camino se hizo cada vez mas angosto, hasta que desapareció y el hombre disgustado regresó sobre sus pasos. Así pues, completamente perdido en mitad del bosque se lamentaba por su decisión. “Debí suponer que los atajos traen retrasos” murmuró el viajero.

Sentado a los pies de un olmo desesperado como estaba, oyó a lo lejos como un susurro, tres voces que pedían auxilio. Sin pensárselo ni un momento, el hombre se dirigió a la fuente de aquellos sollozos internándose entre los árboles.

Después de estar caminando un rato, se topó con una antigua cripta con tres puertas independientes. Y observó que los lastimeros gritos salían de cada una de ellas.

-Viajero, sabemos que estás ahí -dijo la primera voz.

- Sácanos de éste encierro -dijo la voz segunda.- Te recompensaremos.

-¿Quiénes sois y por que estáis atrapados en tan extraño lugar? -preguntó el viajero.

-Somos tres poderosos sabios, que fuimos encerrados por nuestros crímenes -explicó la tercera voz.

Desconfiado, se paró a pensar si marcharse del lugar o ayudar a tan extraños personajes, pero se dio cuenta que no sabía donde estaba.

-¿Cómo puedo sacaros si las puertas que os confinan son de piedra?

-Son puertas mágicas, y tan solo empujando hacia adentro se abrirán. -dijo la voz primera.

-Pero tendrás que saber que solo puedes abrir una de ellas y por tanto rescatarnos a solo uno de nosotros -explicó la segunda voz.

-¿Cómo sé que no me devoraréis si os saco?

-La gracia de los juegos está en tomarse en serio el papel -dijo la tercera voz.


(Sigue)