Dijo el sabio:
"La vida es como un tablero de ajedrez, de noches y días, donde Dios con hombres como piezas juega. Mueve aquí y allí, da jaque mate, y mata. Y pieza por pieza vuelve a ponerlos en la caja. Pues hay un destino para cada pieza, para cada jugador, y para Dios".
.